Necesito tiempo. Tiempo para aprender, y aprender muchas cosas. Pero hay una que me cuesta aprender, y mucho. En verdad hay muchas que me cuestan, aprender a afrontar miedos, a llenar carencias; aprender a quitarle importancia al destiempo, aprender a reaccionar ante los ojos que se desvían, y podría seguir hasta completar un catálogo de inseguridades del que soy más o menos consciente. Pero, sobre todo, hay un aprendizaje que, cada fracción de tiempo que pasa, creo más difícil. No se trata de aprender a vivir, para eso no hay lecciones más que tu aliento diario. Para mí se trata de aprender a ser libre, a caminar pudiendo tomar las decisiones sin lastres ni hipotecas de cualquier tipo.
Hay veces que sueño que cierro los ojos, y cuando los abro he aprendido a mirar en libertad. Con lo que ello supone. Observo, miro, actúo sin cadenas, sin prejuicios, sin condicionamientos. Pero es un sueño. Sin embargo, también hay veces en que confundo el sueño con la realidad, en que olvido los lastres, las preocupaciones, los dolores y responsabilidades, y sólo respiro, miro, vivo. Suele coincidir con los momentos en que me abandono al mar. Pero, últimamente, y quizás por eso me estoy aficionando tanto a la escalada, también me ocurre con la brisa y la montaña.
Hoy ha sido uno de esos días en que necesitaba abandonarme en la naturaleza. Hoy ha sido uno de esos días en que los amigos, los de siempre y los de ahora, te dan esa oportunidad, te enseñan a mirar entre el sendero y el ascenso. Hoy ha sido uno de esos días en que la mirada y la respiración han alzado el vuelo, a
Y me he sentido pequeño y grande a la vez, he respirado, cerrado los ojos y deseado ser libre. Y, durante unos breves segundos, lo he sido, con una mirada limpia y una respiración pausada. Libre.
Necesito tiempo, para nacer en muchas cosas, para aprender sobre otras tantas, y desaprender sobre algunas. Necesito tiempo, y ayuda, para soñar la libertad, para borrar miedos. Necesito tiempo para direccionar mis pasos y conocer, comprender. Necesito tiempo, y me asusta no saber cuánto.
Mientras tanto, esta tarde, esta noche, aún siento esa mirada limpia, en vuelo, libre.