Llevo varias semanas que intento escribir y no puedo. Sé muy bien a qué se debe, pero, como hago con tantas cosas en mi vida, voy dejándolo de lado, escondiéndolo quizás, por no afrontarlo. Tengo una sensación de pérdida que me va ahogando poco a poco cada día, una pérdida que no es real, ni siquiera definida, pero que está ahí, en el sentimiento, alimentándose en cada clase que acabo o en cada mañana que abandono al instituto. Sé también que en ese sentimiento deposito más cosas, familiares, personales, triviales algunas, otras no. Y que todas se conjugan en un día de despedida.
Es difícil dejar paso a la razón, es hasta irracional querer parar el tiempo, y lo he intentado. He cerrado los ojos cientos de veces, repitiéndome lecciones de vida, minimizando frases hechas. Pero basta un cruce de miradas en el pasillo, una llamada a casa, un apunte en la libreta, una sonrisa sentada frente a mí, en la mesa, en el rincón de confesiones, para que me inunde de nuevo esa marea de pérdida, de despedida. Siempre sonrío, porque quiero hacerlo, porque me nace hacerlo, porque necesito hacerlo. Pero esta vez no me basta con la sonrisa, porque lo que necesito son unos brazos inmensos que me ayuden a abrazar a cien pájaros, que ya no son pajaritos blancos, en un abrazo que no les impida el vuelo ni les entristezca. Lo que necesito es una fuerza enorme que me de voz en la despedida, y un árbol que me dé sombra el día después. De nuevo, tengo miedo a la ausencia.
Es difícil dejar paso a la razón, es hasta irracional querer parar el tiempo, y lo he intentado. He cerrado los ojos cientos de veces, repitiéndome lecciones de vida, minimizando frases hechas. Pero basta un cruce de miradas en el pasillo, una llamada a casa, un apunte en la libreta, una sonrisa sentada frente a mí, en la mesa, en el rincón de confesiones, para que me inunde de nuevo esa marea de pérdida, de despedida. Siempre sonrío, porque quiero hacerlo, porque me nace hacerlo, porque necesito hacerlo. Pero esta vez no me basta con la sonrisa, porque lo que necesito son unos brazos inmensos que me ayuden a abrazar a cien pájaros, que ya no son pajaritos blancos, en un abrazo que no les impida el vuelo ni les entristezca. Lo que necesito es una fuerza enorme que me de voz en la despedida, y un árbol que me dé sombra el día después. De nuevo, tengo miedo a la ausencia.
Y todos los cursos igual,uno tras otro, por lo menos para mí, para este profe de secundaria. Me gusta esa imagen de los cien pájaros, de los mil, pero es hermoso saber que uno también ha colaborado en esa libertad que despliega las alas ya sin nuestra ayuda. Y eso en el fondo, me hace feliz.
ResponderEliminarSabes que es difícil pero inevitable; hemos hablado de ello y por supuesto sabes que los pájaros van a volar, que te quedas con mucho de ellos y ellos de ti, pero que lo más importante que tus amigos siempre estarán allí, antes, después y durante. El bosque sabes que es muy grande con muchos árboles, de muchas especies , de muchos colores y con muchas hojas, por tanto la sombra ha sido, es y será inmensa. Suerte, amor y alegría son tus palabras. Besicos corazón.
ResponderEliminarAlvaricoooo!!! no te anticipes a lo que ni siquiera será una despedida, sino más bien una bienvenida a otra etapa sus vidas, en tu vida.. Si sigues viviendo así los días que están por llegar, vas a perder muchos días de tu vida. Así que no pienses tanto, que eres muy retrasadico y no pidas tampoco tanto, eh?? a ver dónde encuentro yo un árbol que dé sombra a ese cuore!!! que no hay madera en el mundooo.... Y cuidado con el miedooooo....
ResponderEliminar"El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son"
Tito Livio (59 AC-64 AC) Historiador romano.
Toma yaaaaaaaaaaaaaa, historiador y romano y tó. Si es que... qué es lo que te encuentra la rosa del mirador!! Bueno, voy a ponerme manos a la obra para lo del árbol..
Me ha conmovido tú escrito,pero dice tanto de ti que sin conocerte bien,entiendo la sensación que transmites,pero la vida es complicada,a veces nos desencanta,pero siempre y cada uno de nosotros tenemos una función en ella, tal vez no seamos capaces de verla, pero esta ahí, y seguro que llega,a veces es duro seguir adelante,pero vale la pena hacerlo.
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